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Dedicado a la gente de Cartagena de indias…
Luis Carlos López inmortalizó Cartagena en un poema titulado “a mi ciudad nativa”, donde la compara con los zapatos viejos.
¿Pero quién no aprecia un par de botas que pisaron la ruta y acompañaron el andar?
¿botas?
…y dice el poema:
«Noble rincón de mis abuelos:
nada como evocar, cruzando callejuelas,
los tiempos de la cruz y de la espada,
del ahumado candil y las pajuelas…
Pues ya pasó, ciudad amurallada,
tu edad de folletín… Las carabelas
se fueron para siempre de tu rada…
¡Ya no viene el aceite en botijuelas!
Fuiste heroica en los años coloniales
cuando tus hijos, águilas caudales,
no eran una caterva de vencejos.
Más hoy, plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar ese cariño
que uno les tiene a sus zapatos viejos…»
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