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No hace tantos años las mujeres no tenían derechos, igual que los niños o niñas, o las minorías en general. Tenerlos era considerado algo absurdo. Cómo olvidar la lucha férrea que Martin Luther King desató en los años 50 y 60 en los Estados Unidos para extender y dar derechos civiles a los afroamericanos por medios pacíficos, o el Convenio de Ginebra de 1927 que por primera vez prohibía todas las formas de esclavitud. La historia nos muestra la feroz lucha de la humanidad por conseguir derechos, por tener el derecho a gozar de derechos, incluyendo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, producto de la Revolución Francesa, hasta que en 1945 y tras la Segunda Guerra Mundial, nacía la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En los últimos años ha empezado otra lucha, la de los derechos de la naturaleza. Sin embargo, la diferencia entre la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la hipotética Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, es de tiempo. La raza humana tardó muchos años para entender que eran sujetos de derechos, y puede que no tengamos el mismo tiempo para entender y ver a la humanidad como parte íntegra de la naturaleza. Dicho con otras palabras, entender a la naturaleza como sujeto de derechos y no tan sólo como una simple propiedad en el más estricto sentido legal de la palabra.
En el 2008, y por primera vez en la humanidad, una constitución reconocía derechos a la naturaleza. Fue una decisión que marcó un antes y un después en la historia, y venía de la mano del gobierno de Ecuador.
Lo cierto es que todo este proceso exige una voluntad, un esfuerzo y un mínimo de inteligencia política para otorgarle los derechos que la naturaleza merece. Mientras nuestros vecinos ecuatorianos o bolivianos dan pasos de gigantes para garantizar, no sólo la supervivencia de sus generaciones futuras y las del mundo, mediante el respeto y garantía de los derechos de la naturaleza, en Colombia se rema en contra de la corriente por motivos capitalistas y financieros, características de un modelo neoliberal como es el sistema colombiano.
No hace falta que entremos en detalle para darnos cuenta que en Colombia nos falta mucho, no sólo para respetar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino para siquiera “ver” a la naturaleza como un “superorganismo” vivo del que depende nuestras vidas.
Un ejemplo de las desastrosas políticas medioambientales colombianas, es el relleno sanitario de la ciudad de Leticia, Amazonas, en donde no sólo se percibe un desastre ecológico, anunciado por varias instituciones con anterioridad de la apertura del relleno, sino un desastre humanitario y cultural que quien escribe estas palabras vio en el terreno.
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- Entrada del antiguo basurero de Leticia, en donde pacientemente esperan los buitres el paso de los camiones al nuevo vertedero
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El relleno sanitario del Km17+200metros vía Tarapacá, de la ciudad de Leticia, entró en operaciones en octubre de 2014 sin atender las opiniones de diversas instituciones especialistas en el tema.
En el informe de abril de 2013 “Evaluación Ambiental de Humedales Asociados al Relleno Sanitario de la Ciudad de Leticia” realizado por el Laboratorio de Limnología, Instituto Amazónico de Investigaciones – Imani y por la Universidad Nacional de Colombia – Sede Amazonia, se hace una evaluación ambiental de tres de los sitios o puntos de muestreo que tienen relación directa con el vertedero de la ciudad (antes de que éste entrara en operaciones).
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- Quebrada que cruza a unos 7 kilómetros del basurero
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En dicho documento se resalta la riqueza en Zygnematales también conocidas como Conjugales (algas verdes) y también de los diatomeas (algas unicelulares microscópicas), que viven en los humedales cercanos al relleno. Igualmente se destaca la gran cantidad de macroinvertebrados (insectos, crustáceos, moluscos y anélidos) y de peces, en donde se establece que los arroyos aledaños al relleno poseen elevadas riquezas de peces. Así, en la quebrada La Arenosa (Km10) fueron encontrados 109 especies, 148 en la Quebrada Yahuarcaca (Km 8) y 83 especies de peces para la zona cuenca de la Quebrada La Beatriz, ésta última donde serán vertidos los lixiviados provenientes del basurero.
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- Un lago a unos 5 kilómetros del basurero
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Recuerda el informe que los peces son en algunos casos los eslabones finales de las cadenas tróficas, es decir que se soportan siempre y cuando todo el sistema tenga las posibilidades de generar alimento “Si comparamos la zona de Leticia, incluida la Q. La Beatriz con los reportes nacionales vemos que sin duda tenemos un área privilegiada en riqueza íctica a nivel nacional para la zona de Leticia, la cual presenta valores altos, incluso superiores al Magdalena y el Cauca” establece el informe.
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- La quebrada beatriz cruza por varias casas vecinas donde niños juegan en el agua
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Dicho estudio muestra con claridad la alta riqueza de organismos vivos que habitan en el sector, y especialmente la calidad del agua. Los ambientes, como el amazónico, poseen una enorme complejidad ecológica por lo que son considerados más vulnerables que los sistemas simples o polucionados “La alta riqueza genera que sean condiciones muy específicas y particulares las que permiten mantener la vida en estos ambientes y que cambios, como los que se podrían ocasionar por el aumento de la carga orgánica, serían bastante dañinos para las especies acuáticas que allí viven.” El informe señala que “…en los efluentes de rellenos sanitarios hay sustancias altamente contaminantes que pueden afectar a los ecosistemas acuáticos y la vida que allí se desarrolla.” Concluyen los expertos.
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- Un vecino camina hacia el basurero
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La contraloría General del Amazonas pidió a las instituciones mencionadas con anterioridad en el año 2011 que elaborarán una lectura crítica del documento “Formulación del estudio de impacto ambiental y diseños definitivos para la construcción y operación del relleno sanitario del municipio de Leticia, Departamento del Amazonas que adelantó el Consorcio RS-6 en fecha de julio de 2007.”
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- Las raises de un árbol caído exponen las bolsas de basura que dejó el antiguo basurero de Leticia
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En un primer momento, el informe del 2011 destaca la gran variedad de anfibios que habitan en el sector: “Las ranas en la región de Leticia batieron hace poco todos los records mundiales; los estudios de Téllez y Lynch indican que en los alrededores de Leticia hay 96 especies de ranas y sapos en parches de bosques secundarios e inundados ubicados a tan sólo 10KM de Leticia en cercanías a la carretera. El record se debe a que antes era Santa Cecilia en Ecuador el sitio de mayor biodiversidad de anfibios del mundo con 85 especies. Es de esperar que en el sector del relleno sanitario también exista variada y rica fauna anfibia.” Igualmente el informe establece que “en el área donde se construyó el relleno deben albergar una rica avifauna, que seguro estará sobre 200 especies”.
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- Entrada al basurero Km17+200
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Dicho informe (2011) deja muy en entredicho el realizado por el Consorcio RS-6, el cual, por ejemplo, incluye en el análisis el río Putumayo, cuando éste se encuentra a 180Km al norte del vertedero y que por lo tanto no “tiene relación alguna con el proyecto” de igual forma establece que no se puede hablar de “verano” e “invierno”, como lo señala el Consorcio RS-6, “pues dichos términos corresponden a cambios térmicos que ocurren en otras latitudes, por lo que su uso es errado en estas condiciones ecuatoriales” El informe incluso preocupa a los expertos y señalan: “Uno de los aspectos que más nos preocupa es la pobreza y errados procedimientos realizados para intentar desarrollar la fase de campo para la consecución de información primaria; una simple descripción cualitativa realiza con muchos inconvenientes metodológicos que indica la poca experiencia del equipo de trabajo encargado de estos asuntos. Y que permite concluir que esta información no tiene validez alguna científica ni técnica para relaciones causa – efecto. Sin extendernos más, es preocupante la debilidad del documento como elemento en la toma de decisiones, entre ellos, la aprobación de la licencia ambiental.”
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- Un pequeño riachuelo sale del basurero a una quebrada al otro lado de la carretera
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La Contraloría Departamental del Amazonas en otro informe titulado “La operación del relleno sanitario del Km.17+200 metros: algo más que un ecocidio, un probable problema de contaminación transnacional” establece la posible contaminación transnacional que puede ocurrir por el relleno sanitario en países limítrofes como Brasil.
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- Trabajadores esperan en la carretera un carro que los lleve de regreso a la ciudad de Leticia
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Establece que en un hipotético conflicto por contaminación transnacional con Brasil, el hecho generador del daño sería el vertimiento de lixiviados crudos en gran escala a la quebrada la Beatriz y el Pichuna, los cuales desembocan en el río Amazonas lo que provocaría grandes daños ambientales, poniendo en riesgo la salud de las comunidades brasileñas de Tabatinga, ciudad que tiene su acueducto en el río Amazonas y también la de los leticianos, pues los efectos se extenderán a lagos y a la quebrada Yahuarcaca, donde está el acueducto de Leticia.
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- Trabajadores esperan transporte
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El kilómetro 17+200 metros posee una naturaleza extraordinaria y grandes selvas tupidas rodean el relleno sanitario, envuelto en el sonido de quebradas y con la presencia de lagunas. Por el Kilómetro 16 pasa la Quebrada la Beatriz, que según los pobladores “pasa por todos lados”, el camino que sigue aquella quebrada pasa por extensas selvas y pequeños riachuelos en donde muchos niños juegan en el agua. La Quebrada Beatriz recibe todos los lixiviados provenientes del basurero. Muchos de los vecinos se quejan por la cantidad de moscas, del olor y de los gallinazos que esperan los camiones de la basura, incluso desde el kilómetro 4, en donde aguardan pacientemente en las puertas del antiguo basurero a que pase la comida. Muchos recuerdan a los universitarios que hicieron los análisis y lo que les decían “…una universitaria manifestó su preocupación por las diferentes especies que vivían donde ahora está el basurero, pero ni siquiera con esa información pararon, cuando el Gobierno dice se hace ahí, se hace.” Señala un vecino que vive en la zona.
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- Un indígena entra por detrás del vertedero para reciclar
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El personal del relleno trabaja de 7 de la mañana a 5 de la tarde. Una vez terminada la jornada laboral, es fácil verlos tendidos en la carretera o el césped esperando que alguna persona los lleve de regreso gratis. Todos posee rasgos indígenas. La empresa no les paga el transporte, ni les ofrece dotaciones de seguridad como guantes, caretas o botas. Ellos tuvieron que comprarlos con el dinero del sueldo, que es el mínimo. Se quejan de que no existen programas de reciclaje, y que éste está prohibido. Nadie puede entrar al relleno sanitario sin autorización.
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- Una de las piscinas vacías
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Lo cierto es que entrar por la entrada principal está prohibido y muy seguramente el turista salga expulsado. Sin embargo, los recicladores sí existen, y entran por atrás con el consentimiento de los operarios de las máquinas e incluso de la vigilancia en las horas de la noche.
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- Tres niños y niñas indígenas reciclan basura
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Después de subir una montaña de lodo se llega al basurero, dos piscinas de tamaños desproporcionados aguardan el recibir basuras de la ciudad. El olor es penetrante y punzante, la nube de moscas y zancudos incomodan, pican y envuelven a los niños y niñas que reciclan latas junto a sus madres. Sobre la basura se ve todo tipo de desperdicios. Sin guantes, los niños revuelcan la basura y escogen las latas, algunos tienen linternas, otros no. La oscuridad no da paso a la luz, no hay sistema de iluminación y los gallinazos vuelan por todas partes. Estas almas indígenas, muchos Huitotos otros Boras y Muinanes, llegan después de caminar, algunos más de 45 minutos, de pequeñas aldeas que están selva adentro. Según cuenta un reciclador -prefiere no decir su nombre- siempre vienen entre 5 o 15 personas a reciclar.
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- Una niña indígena recolecta basura en el vertedero Km17+200
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Nelson Carvajal, un vecino que vive a tan solo mil metros del relleno sanitario se lamenta de que el señor alcalde, que en su momento era Iván Porras, no los tuvo en cuenta “cuando nos dimos cuenta que se iba a montar un relleno sanitario, nos invitaron a una reunión, pero todo ya estaba montado. Nos presentaron las películas del relleno sanitario de Manizales, que iba a haber cafeterías, quemas de gases, pero no hemos visto nada, y todo está terminado. Hay 70 niños en una escuela cerca del relleno!”. Nelson tenía uno de los restaurante más reconocidos del pueblo, y le tocó cerrarlo por el problema de la contaminación, especialmente con el agua. Ahora está intentando vender el predio, pero nadie se lo compra al precio que valdría, si el relleno no estuviera tan cerca de su casa. Señala que del kilómetro 18 al 15 hay varias familias que se surten de agua. No responsabiliza al actual alcalde, Lozano Guzmán, pero sí les pide soluciones.
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- La oscuridad en el basurero es plena
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Los potenciales problemas y riesgo del relleno de Leticia que traerá a esta parte del Amazonas se empiezan a ver poco a poco. No sólo está en riesgo la biodiversidad del sector sino también la vida de muchas personas, en su mayoría mujeres y niños, que trabajan en las horas de la noche reciclando. Los derechos de la naturaleza siguen estando en el cajón y es momento de ponerlos sobre la mesa, para así, preservar la vida en la Tierra.